Tres referencias culturales en Mis vecinos los Yamada

Fecha estelar: -308641.7
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Mis vecinos los Yamada (Hōhokekyo Tonari no Yamada-kun), es una arriesgada y notable película dirigida en 1999 por Isao Takahata. Se trata del, por entonces, séptimo largometraje del realizador de La Tumba de las Luciérnagas (1988), que quizás sea su título más renombrado, aunque de su filmografía hasta ahora yo prefiero con diferencia  Omohide Poro Poro (Recuerdos del ayer, 1991)
Mis vecinos los Yamada es una película profundamente nostálgica y amable, aunque con algún momento duro que queda bien diluido en el tono de comedia de la película. Se trata del retrato de la vida rutinaria de una familia media japonesa y está basada en un manga del mismo título. Lo arriesgado del producto está en el formato elegido para contar las vicisitudes de esta familia en base a pequeñas historias cortas a modo de tira cómica y también en el tipo de animación realizado, utilizando ordenador pero simulando en los dibujos acuarelas minimalistas. Sin embargo, la sencillez de la animación no implica que esta sea mala, más bien al contrario, sobre todo viendo las escenas finales al ritmo de la canción Qué será, será. 

Al principio de la película a modo de metáfora se nos presentan tres referencias de la cultura japonesa que pueden ser pasadas por alto por el espectador occidental si no está lo suficientemente atento. Sobre todo la primera, que pasa realmente rápida pues sólo son unos segundos. El matrimonio Yamada, formado por Takashi y Matsuko, se embarca unido hacia las dificultades de la vida y se nos presenta frente a La gran Ola de Kanagawa, uno de los más famosos grabados del pintor japonés Katsushika Hokusai (1760-1849).

Takashi y Matsuko frente a la gran ola

La gran ola de Kanagawa (1830-1833) de Katsushika Hokusai


La segunda referencia es el nacimiento del hijo mayor, Noboru, que está basado en el cuento popular japonés: Momotarō que cuenta la historia de una pareja de ancianos que no puede tener hijos y un día son bendecidos con un niño que nace del interior de un melocotón gigante que sus padres adoptivos encuentran flotando en un río. Al crecer, se convierte en un gran héroe cuando decide recuperar un tesoro que está en Onigashima (la isla de los demonios). En su camino se encuentra con varios animales, un faisán, un perro y un mono que gracias a la generosidad que muestra el muchacho con ellos, se le unen en su travesía.




Nacimiento de Noburu, basado en el cuento popular Momotarō

Dos ilustraciones de Momotaro, extraídas de la página Proyecto Gutenberg
http://www.gutenberg.org/files/33051/33051-h/33051-h.htm


La tercera referencia es el nacimiento de la hija menor, Nonoko, que también está basada en un cuento popular japonés: El cuento del cortador de Bambú, cuya protagonista es la princesa Kaguya. La princesa Kaguya provenía de la Luna y nació dentro de un tronco de bambú para satisfacer la necesidad filial de una pareja de ancianos que ya no podían tener hijos.




El nacimiento de Nonoko, basado en el cuento popular sobre la princesa Kaguya
El nacimiento de la princesa Kaguya
Museo municipal de Fuji (http://museum.city.fuji.shizuoka.jp/cms/)


Sobre este cuento del cortador de bambú ya hice una pequeña entrada en el blog (aquí) con motivo de la larga espera de la última película de Isao Takakata basada precisamente en este relato.


Para terminar, un par de trailers de la película



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